A fines de enero, la conocida organización de ayuda internacional Oxfam (https://www.oxfam.org/es/sala-de-prensa/notas-de-prensa/2015-01-19/el-1-mas-rico-tendra-mas-que-el-resto-de-la-poblacion) dio a conocer cifras que cada vez son más reveladoras en torno a la desigualdad, una tendencia que se consolida lenta pero firmemente en distintas naciones del mundo.
En primer lugar, el 20% más rico de la población mundial posee el 94,5% de la riqueza total; o sea, el 80% de la humanidad sólo dispone del 5,5% de la riqueza.
Por otro lado, el 1% más rico del mundo, sólo 70 millones de personas, concentró en 2014 el 48% de la riqueza total; para 2016, ya concentrará más de la mitad de la misma.
Mientras tanto, con el patrimonio de tan sólo 80 individuos podemos igualar los recursos de la mitad más pobre del mundo, 3.500 millones de personas (ver foto).
Frente a este panorama de desigualdad, que se reproduce en países centrales y periféricos, parece evidente la necesidad de coordinar globalmente la acción de los distintos gobiernos y afirmar mecanismos de cohesión y movilidad social, discutiendo seriamente el peso del financiamiento del sector público (se propone fijar impuestos a la riqueza, especialmente, cuando la misma no se debe a méritos personales, sino a la fortuna familiar, como es el caso de las herencias), así como los programas que se implementen desde el mismo, asegurando cobertura amplia a las necesidades más urgentes y elementales (nutrición, vivienda, salud y educación), estableciendo propuestas igualadoras de oportunidades (cupos mínimos en distintas instituciones, facilidades, incentivos), en fin, orientar distintos instrumentos políticos y económicos al bien de los pobres y la inclusión de las periferias... para que entremos todos.
LOS DESARROPADOS
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Hace tiempo que vengo pensando y reflexionando pero por sobre todo mirando
e interactuando con aquellos que llamo simplemente “los desarropados” y que
...
Hace 1 mes
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