sábado, 23 de abril de 2011

Elige tu propia Historia

El año 2010 fue el escenario de los comienzos de los festejos del Bicentenario patrio 2010-2016. Además de las masivas celebraciones, hubo otros acontecimientos que expresaron y reflejaron una misma realidad compartida como Nación: el Censo Nacional de población, hogares y viviendas (se conocerán los primeros resultados provisionales el 20 de Junio, y los resultados definitivos, el 15 de diciembre)[1], eventos deportivos que siempre convocan a su manera el sentir patrio (como la Copa Mundial de Fútbol disputada en Sudáfrica o el Campeonato Mundial de Hockey obtenido en Rosario), etc.

Como sabemos, 2011 es un año electoral. El acontecimiento de las elecciones también puede servir para percibir más claramente la posibilidad que tenemos de construir juntos este tramo de la historia que nos toca. Se percibe cierto renacer de la política como una instancia a discutir, como una de las palancas de la realidad sujeta parcialmente a las decisiones del pueblo, como una posible convocatoria al compromiso y a la militancia. En efecto, el mismo día de las elecciones generales, así como el día de la asunción de mando de los candidatos electos, tienen un aire festivo en verdad, por el ejercicio concreto del derecho al voto, expresión de la democracia si las hay. Un aire festivo que nos reúne como pueblo.

Sin embargo, también es cierto que la política incluye una dimensión (en algunos casos, inevitable) de conflicto de intereses, toma de opciones, partir posiciones. Es algo natural, en la medida que la actividad política se constituya como un canal civilizado de procesamiento de los conflictos económicos, sociales, culturales, etc.[2] Aún sin comprometer la necesaria unidad que debe presidir a la comunidad y la búsqueda del bien común, el tiempo de elecciones nos recuerda y nos hace presente la realidad del conflicto.

Precisamente, excediendo en mucho la simple contienda periódica por los votos[3], una de las funciones permanentes de los partidos políticos es la elaboración de pensamiento e ideas, el diseño de estrategias y criterios de gestión, la formación de líderes y cuadros dirigentes, etc.[4] De este modo, puede ordenarse algo más la oferta electoral que llega a los ciudadanos (sólo los partidos políticos pueden presentar candidatos en las elecciones).

En ese sentido, uno de los derechos que tenemos los ciudadanos es el derecho a la información[5]. Efectivamente, sólo un pueblo con acceso a información confiable y fácilmente disponible, puede debatir racionalmente sobre las distintas propuestas, conocer mejor los antecedentes de los candidatos, etc. Recordemos distintas decisiones y medidas de cierta envergadura en estos últimos años que no se destacaron suficientemente en las campañas de propaganda, los debates previos a las elecciones, más allá del acuerdo o desacuerdo de cada uno, como el caso de las leyes de Medios, financiamiento al Tesoro con reservas del BCRA, Matrimonio Igualitario, normas medioambientales, previsiones presupuestarias, etc[6]… Tristemente y por el contrario, los últimos procesos políticos se caracterizaron, antes que por una amplia discusión en la sociedad de ideas y propuestas, por una sucesión repetitiva de simples lemas o consignas, parodias e imitaciones en shows televisivos, tradiciones clientelares, candidaturas testimoniales, listas espejo y demás praćticas viciadas.

Por otro lado, los ciudadanos estamos obligados moralmente a informarnos cabalmente sobre los candidatos y sus propuestas, a exigirles cierta definición sobre las orientaciones esenciales de sus programas, sus criterios generales, etc. Y algo más de 160.000 ciudadanos también tendrán la responsabilidad de prestar un servicio como autoridades de mesa a los cerca de 28 millones de votantes habilitados[7]… Recordemos que, tanto en física como en política, los espacios vacíos tienden a ser ocupados…

Desde este año, habrá una novedad[8][9]: La Ley N° 26.571[10] estipula que las elecciones primarias (o “internas”) de candidatos, fijadas para el segundo domingo de agosto de los años electorales (en 2011, 14 de Agosto), deben ser:

Abiertas: Participan también quienes no están afiliados a los partidos,

Simultáneas: Se realizan el mismo día, y

Obligatorias: Todos los ciudadanos deberemos participar, estemos afiliados o no al partido en cuya interna elijamos participar, y todos los partidos que presenten candidatos deberán pasar por esta instancia, sin poder presentar candidatos los partidos que no alcancen en las primarias un piso mínimo de votos[11].

Luego se celebrarán las elecciones presidenciales el 23 de octubre (algunas provincias también sumarán sus propios comicios al mismo día). En caso de que no haya un ganador en primera vuelta[12], la segunda vuelta electoral se realizará el 20 de noviembre.

Recordemos que el Presidente de la Nación ejerce el Poder Ejecutivo, es decir, “es el jefe supremo de la Nación, jefe del gobierno y responsable político de la administración general del país…participa de la formación de las leyes con arreglo a la Constitución…es comandante en jefe de todas las fuerzas armadas de la Nación…”[13]. También controla o limita a los otros poderes, al nombrar jueces o conmutar penas, por ejemplo, o enviando proyectos de ley, vetando[14] o reglamentando leyes sancionadas por el Congreso[15].

Además de presidente y vice, se renovarán los cargos de Legisladores Nacionales. Todos elegiremos 127 diputados nacionales con mandato por 4 años (principalmente, en proporción a la población de cada distrito), y las Provincias de Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz también elegirán sus 3 Senadores Nacionales respectivos con mandato hasta 2017. Éste es un punto importante, y que no siempre se recuerda suficientemente. La división de poderes (que distingue a los gobiernos republicanos) permite la elaboración de legislación apropiada, atendiendo los problemas estructurales, el mediano y el largo plazo, sin las urgencias de la gestión y la administración cotidianas. Además, el Poder Legislativo ejerce una importante función de control sobre los otros Poderes del Estado (por ejemplo, con la posibilidad del juicio político). Esto debería llevarnos a los ciudadanos a elegir con conciencia y no de manera automática, y a los candidatos electos a valorar en sí misma la importante responsabilidad asumida, y no como mero posicionamiento para futuras candidaturas.

Similarmente, también se elegirán gobernadores y autoridades locales. El carácter federal de nuestro Estado permite contemplar con atención y por separado las realidades más específicas de cada distrito, sin las complejidades propias de los Estados soberanos. Finalmente, también se elegirán legisladores provinciales, intendentes y concejales[16].

Es útil recordar que, tácticas de marketing partidario aparte, es posible acceder en www.pjn.gov.ar/cne/secelec/ a información oficial suministrada por los partidos políticos de cada distrito a la Justicia Nacional Electoral sobre plataformas electorales, candidatos oficializados, etc.

Un punto que no es menor, y que suele pasarse por alto, es que el sufragio no tiene como única consecuencia la elección de un candidato. Según la actual legislación, la posibilidad de los partidos políticos de presentar candidatos depende de cierta cantidad mínima de votos[17] en la elección anterior. Además, el financiamiento por parte del Estado a los partidos políticos para sus actividades y la capacitación de sus dirigentes, así como los espacios de propaganda en los servicios de comunicación audiovisual, también dependen parcialmente de la cantidad de votos recibidos. Considerando esto, un alto porcentaje de ausentismo o de votos nulos afectaría a la actividad política de los partidos, en sí misma.

Finalmente, la vida en democracia es mucho más que una simple jornada de votación, las campañas y los eventuales intercambios de pensamientos que podemos tener con nuestros conocidos. El espíritu democrático, que se manifiesta con más claridad en tiempos electorales, también debe hacerse presente en el estilo de gobierno de los vencedores (tolerante y pluralista), en los mecanismos de democracia participativa o semi-directa (tales como la iniciativa popular, la consulta popular, o la revocatoria contemplada en algunos distritos), en la misma sociedad civil (con la presencia de asociaciones intermedias e instituciones de distinto tipo, con democracia interna en ellas), en la vida económica (con una distribución equitativa del ingreso), en la vida cotidiana de todos los ciudadanos, empeñados en el respeto a los derechos de todos, especialmente de los más pobres, abandonados y en peligro.

J. Rafael Tesoro

rafaeltesoro2@yahoo.com.ar

Cronograma electoral

http://www.clarin.com/politica/Cronograma-electoral_0_406759439.html

http://tiempo.elargentino.com/notas/esta-listo-cronograma-electoral

listado de novedades

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/136371-43943-2009-12-03.html



[2] Ya el Papa Pío XI consideraba a la política como una de las expresiones más altas de la caridad porque puede crear las condiciones para una sociedad más justa y solidaria. Y los Obispos reunidos en Puebla afirmaban que la fe cristiana valoriza y tiene en alta estima la actividad política.

[3] Según el artículo 38 de la Constitución Nacional, los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático. Incluso los partidos políticos “chicos” sirven para representar los intereses de minorías, establecer bases y condiciones para dialogar y consensuar, etc.

[4] La ley obliga actualmente a los partidos políticos a conservar en todo momento una cantidad de afiliados “no inferior al 4 por 1.000 del total de los inscriptos en el registro de electores del distrito correspondiente”. Si esta condición se cumple en 5 distritos, el partido puede ser considerado un partido nacional.

[5] En definitiva, éste es el fundamento del también muy necesario derecho a la libertad de expresión.

[6] Un poco más atrás, en 2008, tuvimos dos casos muy claros de esto: las “retenciones móviles”, y las estatización de las AFJPs….

[7] Según cifras definitivas de las últimas elecciones nacionales. http://www.pjn.gov.ar/cne/documentos/seminario/Las%20elecciones%20en%20numeros.pdf

[10] Llamada de “Democratización de la Representación Política, la Transparencia y Equidad Electoral”.

[11] Un 1,5% de los votos válidamente emitidos en las últimas elecciones presidenciales. Es decir, actualmente no podrán presentar candidatos los partidos en cuyas primarias de agosto próximo no concurran cerca de 350.000 ciudadanos.

[12] Según los artículos 97 y 98 de la Constitución Nacional (reformada en 1994), será electa en primera vuelta la fórmula más votada que hubiese obtenido el 45% de los votos afirmativos válidamente emitidos; o el 40% de los mismos, con una diferencia mayor de 10 puntos porcentuales sobre la segunda fórmula.

[13] Cf. Constitución Nacional, art. 99.

[14] Según el artículo 83 de la CN, el Presidente no puede vetar un proyecto de ley si cada cámara del Congreso Nacional lo sanciona por dos tercios (67%) de votos. La ciudadanía también decide si una gestión presidencial estará acompañado o no por “mayorías especiales” en el Congreso, si estas le serán afines o no, etc.

[15] En los últimos años, a estas facultades “legislativas” propias del P. Ejecutivo, se le han agregado, con frecuencia variable y distintos grados de importancia, las facultades legislativas “delegadas”, los decretos “de necesidad y urgencia” (DNU), diferentes de los decretos “autónomos” del P. Ejecutivo.

[16] En el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 5 de Junio se elegirán por primera vez autoridades comunales.

[17] Entre otras causales posibles, los partidos pueden perder su personalidad jurídico-política si no alcanzan en dos (2) elecciones nacionales sucesivas el dos por ciento (2%) del padrón electoral del distrito que corresponda.

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