¿Qué es Responsabilidad Social Empresaria (RSE)?
Siguiendo la tendencia cada vez más presente en las sociedades contemporáneas, que demandan ética en sus diversas capas, las empresas también han visto redefinido el rol que tradicionalmente se les asignaba. En las modernas sociedades capitalistas, surgieron las empresas (con variado formato jurídico, como “sociedades anónimas”, “sociedades de responsabilidad limitada”, etc.) como “personas jurídicas”, es decir, personas de “existencia ideal”, a diferencia de las personas físicas, o de existencia visible. A ambos tipos de personas se les reconocieron derechos y deberes (no necesariamente los mismos). Ahora bien, si contemporáneamente a los ciudadanos se les pide que profundicen en su conciencia social y su capacidad de responder éticamente, a las empresas también se les pide que tengan un proceder socialmente responsable, aún sin abandonar la búsqueda de beneficios económicos.
En efecto, tradicionalmente se contempló la realización (y maximización) del beneficio empresario como el fin exclusivo de la firma capitalista, sin contemplar otros aspectos. Sin embargo, esta visión reducida está siendo cuestionada hoy en día[1]:
Un primer cuestionamiento pasa por la remuneración justa y necesaria a los factores productivos, especialmente el trabajo: el salario de los trabajadores no es sólo un “costo” más para la empresa, ya que en la medida que la empresa abre oportunidades de empleo y de inversión encuentra su justificación económica intrínseca.
Un segundo cuestionamiento pasa por la finalidad económica externa: En la medida que se producen bienes o se proveen servicios necesarios para la sociedad, la empresa también es de interés para otros sujetos, frente a los que debe responsabilizarse.
Sin embargo, hay algunos cuestionamientos más recientes en torno a la dimensión social de la empresa, a la que también debe dar respuestas: a la empresa no sólo le corresponde preservar valores humanos fundamentales de sus integrantes, sino que hasta debe buscar su pleno desarrollo.
Este deber de responsabilidad social de la empresa incluso se hace extensivo a la comunidad de la que forma parte, y sobre cuyas bases sociales y humanas se sustenta su misma existencia.
Así, hoy en día, se entiende que al fin principal de búsqueda de lucro, debe agregársele la respuesta explícita que da la empresa a los condicionamientos éticos que hacen a su accionar en los planos social, ambiental, etc. (El “triple resultado” o los “tres pilares”: en inglés: “people, planet, profit”): Los “balances” ya no son sólo económico-patrimoniales.
¿Por qué la empresa debe responder socialmente, ambientalmente, etc.? En primer lugar, por un criterio elemental de ética: Con su presencia, los otros seres humanos nos cuestionan y nos interpelan, especialmente el pobre, el abandonado, el que está en peligro... Se nos impone, inevitablemente, dar una respuesta. Es bueno, nos hace bien, nos hace crecer en humanidad hacernos cargo de aquello en lo que se puede ayudar, y la especialización en la que toda empresa (grandes y pequeñas) se basa, las ubican en un lugar relevante para colaborar en determinadas iniciativas de su entorno. De hecho, las empresas siempre reconocen planteos éticos cuando definen su visión, su misión, sus valores, etc. Y cada vez es mayor la presión por parte de consumidores, vendedores, proveedores, inversores, trabajadores, reguladores, medios masivos, académicos, la comunidad en general, para que se incorpore una mirada más ética a la administración y gestión de las empresas. La calidad de vida se vería mejorada significativamente si todos, individuos e instituciones, prestamos atención a esos “pequeños grandes gestos” que hacen la diferencia...
En segundo lugar, también hay algunas razones de conveniencia económica para que las empresas sean socialmente responsables, condicionando la manera en que la empresa busca el logro de sus objetivos:
La mayor satisfacción de los trabajadores incrementa su sentido de pertenencia y su productividad, así como su propio comportamiento ético.
La imagen corporativa y la reputación se ven fortalecidas: cada vez más frecuentemente los consumidores son llevados hacia marcas y compañías consideradas por tener una buena reputación social y ambiental. También importa en su reputación entre la comunidad empresarial, incrementando así la habilidad de la empresa para atraer capital y asociados, así como para atraer y retener los empleados dentro de la empresa.
Mejoran las relaciones con diversos agentes particulares y con la comunidad en general, en un contexto de creciente conciencia social y educación.
La globalización y las fuerzas del mercado también son un condicionante, desde el momento que las empresas socialmente responsables ven facilitada su inserción a nivel global.
Sustentabilidad en el tiempo para la empresa y para la sociedad, dado que la RSE fortalece el compromiso de los trabajadores, mejora su imagen corporativa y la reputación de la empresa, entre otros.
Un mejor manejo en situaciones de riesgo o de crisis, ya que se cuenta con el apoyo social necesario, lo que permite ganar seguridad en el largo plazo y reducir la incertidumbre;
Rentabilidad de sus negocios o performance financiera: se refiere a la relación entre prácticas de negocio socialmente responsables y la actuación financiera positiva. Se ha demostrado que las empresas fieles a sus códigos de ética resultan de una performance de dos a tres veces superior respecto a aquellas que no los consideran, de esta forma las compañías con prácticas socialmente responsables obtienen tasas de retorno a sus inversiones muy superiores a las expectativas.
Reducción de costos operativos: Son múltiples las iniciativas que logran reducir costos a las empresas, principalmente del área ambiental, como lo es el reciclaje, que genera ingresos extras.
Beneficios Fiscales: El Estado incentiva de esta manera el compromiso social de las empresas
Acceso al Capital: Las compañías que demuestran responsabilidades éticas, sociales, y medioambientales tienen acceso disponible a capital, que de otro modo no hubiese sido sencillo obtener.
Finalmente, la regulación estatal también es un factor que ayuda a la mejor Responsabilidad Social Empresaria. Las fallas de mercado justifican la presencia de la autoridad pública para asegurar la asignación de ciertos recursos, las buenas prácticas, etc. En este sentido, el cumplimiento con los estándares mínimos de calidad (relativos a los procesos y los productos) en los bienes y servicios ofrecidos, la lealtad y veracidad en la información contable, la correcta relación con las otras firmas presentes en el mercado, la legislación laboral y las normativas relacionadas con el medio ambiente son el “piso” de la RSE, el punto de partida de la misma.
Mäs allá del piso ético “elemental” exigido por las leyes y las regulaciones estatales, la Ética aplicada a las empresas manifiesta algunas aplicaciones. Sin pretender agotar el espectro ético de la empresa, podemos proponer un “decálogo”:
Servir a la sociedad con productos útiles y en condiciones justas.
Crear riqueza de la manera más eficaz posible.
Procurar la continuidad de la empresa y, si es posible, lograr un crecimiento razonable.
Afianzar el “Buen Gobierno”: Legitimidad de la conducción, de acuerdo a la ley de sociedades. Equidad distributiva (distribución de dividendos, fijación de sueldos, premios). Responsabilidad social corporativa (voluntariado, apoyo al bien público, protección al medio ambiente)
Fortalecer el “Capital Social” (relacionado con el trabajo en equipo): Colaboración, esfuerzo mutuo, compartido. Construcción de redes, lazos comunicativos directos. Transparencia en mensajes e intenciones (Confiabilidad, credibilidad, expectabilidad).
Consolidar el Desarrollo Humano (respeto a la Dignidad Humana, expresada en los Derechos Humanos) en la empresa: Igualdad de oportunidades. Condiciones de trabajo dignas que favorezcan la seguridad y salud laboral y el desarrollo humano y profesional de los trabajadores. Trato correcto entre empleadores y empleados.
Respetar el medio ambiente evitando en lo posible cualquier tipo de contaminación minimizando la generación de residuos y racionalizando el uso de los recursos naturales y energéticos.
Además de cumplir con rigor las leyes, reglamentos y normas, respetando los legítimos contratos, atender a la cultura y las costumbres de la zona, tener presentes los compromisos adquiridos, etc.
Relación correcta con el sector público, buscando colaboración sin obsecuencias, guardando la distancia prudente sin impedir que funcionen las instituciones.
Cooperar con otras firmas, buscando generar y aprovechar externalidades positivas para todo el sector de la actividad (especialización de proveedores, del mercado laboral, difusión del conocimiento, etc.)
Más allá de los grises que se pueden apreciar en las experiencias que van consolidándose, es innegable que se están poniendo en discusión las funciones, los roles y los estilos de la gestión de una institución clave en nuestro modo de vida, como es la empresa. Siempre será saludable salir al encuentro de los nuevos problemas, reflexionar sobre la naturaleza de los procesos cotidianos que se dan al interior de la misma, y considerar integralmente los resultados alcanzados.
Rafael Tesororafaeltesoro2@yahoo.com.ar
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Empresa
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