jueves, 4 de agosto de 2016

“Tenemos que cuidarnos, a los demás no les importamos”


El 26 de Mayo, el diario Clarín publicaba declaraciones de Micaela Polivoy, de 20 años, una de las sobrevivientes de las fiesta electrónica “Time Warp”, en la que perdieron la vida 5 jóvenes, Nicolás Becerra, Francisco Bertotti, Bruno Boni, Martín Bazzano y Andrés Valdez , en la madrugada del sábado 16 Abril. Otros jóvenes, como Micaela, pudieron salvar su vida: Leandro Espinosa y Nicolás Laitán, Damián Sedeillán

Mientras Micaela planea retomar su vida normal de siempre, queda picando el reclamo de esta joven, doloroso, pero cierto: ¿A quién le importa la vida de los jóvenes en serio en nuestra sociedad..?

Los jóvenes aprenden sin demasiada dificultad que a muchos adultos los jóvenes les interesan como una posibilidad para aprovechar y tomar beneficios..: empresarios de la noche, compañías de turismo estudiantil, partidos políticos interesados en poder exhibir rostros y cuerpos juveniles portando remeras, buzos y símbolos... O que abusan de sus derechos: fuerzas de seguridad, privadas y públicas, discriminación, violencia... Y mucho más repudiable: aquellos que buscan lucrar con sus cuerpos, como objetos de trata sexual o de comercio de órganos, explotación laboral en extenuantes jornadas jornadas laborales, o como consumidores de sustancias en la que los jóvenes que llegan a la adicción pierden autonomía y libertad, tras la ilusión de sacudirse controles de encima y ser menos inhibidos...

Frente a estas amargas palabras de Micaela, el discípulo de Jesús no puede menos que desear ser signo de un Amor fuerte y comprometido en serio, un amor que con valentía asume su misión de cercanía, escucha, palabra, anuncio de una Buena Noticia para la vida joven, denuncia de las amenazas que se ciernen sobre la vida joven en peligro...:
"...Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato...." (Mc. 6, 34)
http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PV8.HTM
“...El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia. Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye. y el lobo las arrebata y la dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas. Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí –como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre– y doy mi vida por las ovejas...” (Jn. 10, 10-15)
http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PWG.HTM

El ejemplo de Don Bosco nos lleva en la misma dirección, la predilección por los jóvenes es un sello que “imprime carácter” a la identidad salesiana: desde aquel “Me basta con que seáis jóvenes, para que os ame con toda mi alma” (ya escribía un treintañero Juan Bosco al comienzo de su misión en 1847, en la obrita Il Giovane Provveduto), hasta aquello de “no basta amar, los jóvenes deben darse cuenta que son amados” (sintetizaba un anciano Don Bosco desde la Carta de Roma, en 1884)...

Más allá del episodio puntual de Costa Salguero, es de esperar que los padres y educadores, posiblemente, los únicos adultos que queremos bien a los jóvenes, podamos escuchar los mensajes que los chicos expresan en su vida, sus opciones, sus costumbres... Y que tengamos la decisión, empeño, creatividad y sentido profético de aquel Buen Pastor, de cuyo Amor queremos ser signos y portadores.


“...Me basta que sean jóvenes...”
https://www.youtube.com/watch?v=QpL8L8ubYEw